Techo Verde en Sphagnum: una ventaja ecológica para la construcción sostenible

Poco conocido en España, el techo verde combina muchos beneficios todavía. Instalado en los tejados o terrazas poco empinadas, es parte de un proceso de desarrollo sostenible, proporcionando un aislamiento natural de los edificios.

El principio de la azotea verde también llamada techo verde, “écotecho” o techo vegetal es cubrir con vegetación un techo, una cubierta de débil inclinación o con poca pendiente. Esta técnica conocida desde hace siglos en los países escandinavos y en el norte de América combina muchas ventajas. En efecto, como parte de un entorno urbano, un techo verde puede ayudar a restaurar la diversidad biológica. Esta solución también ofrece grandes oportunidades para la filtración y el tratamiento biológico del agua de lluvia. También limita la afluencia masiva de agua de lluvia en los desagües de aguas pluviales. Se estima que cada año, un techo verde absorbe hasta un 50% de la cantidad de agua que cae sobre el techo, reduciendo así los costes de tratamiento de agua en un 5-10%. La “ecologización” de los techos en las zonas urbanas también reduce el nivel de CO2 en el aire mientras se ajustan los principales elementos de contaminación (polvo y polen).

Además, esta técnica permite que el techo verde aísle el edificio de forma natural. La mezcla de las plantas del suelo y sus raíces en los techos hace que sea posible hacer hermético los techos al agua, pero también resistentes al viento y el fuego.

En los últimos años, la práctica de la azotea verde es parte de las prácticas actuales de la construcción sostenible, la versión arquitectónica de la filosofía del desarrollo sostenible. De hecho, los techos de las terrazas protegen de este modo los materiales de impermeabilización (membrana de aislamiento) de la radiación UV y de la energía solar térmica. Esta protección natural permite un período de vida de 30 a 50 años de la membrana impermeabilizante.

Otro punto interesante, un techo verde reduce las diferencias de temperatura extrema. Por lo tanto, los materiales de construcción se salvan de los clásicos estiramientos físicos debidos a la expansión, por ejemplo. La reducción de la variación de la temperatura puede alcanzar el 40%, lo que asegura una mejor conservación del edificio y de la cubierta. A su vez, un mejor control de la temperatura puede limitar el consumo de energía para el aire acondicionado en verano y calefacción en el invierno.

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