En Tokio (Japón) la empresa de consultoría y recursos humanos Pasona Group trabaja desde hace más de una década en buscar soluciones para el sector de la agricultura. Su sede central se encuentra en el corazón del distrito financiero de Chiyoda, en un edificio de nueve plantas forrado de vegetación y en cuyo interior los empleados conviven con huertos de todo tipo. Desde arrozales hasta tomateras colgantes, desde plantaciones tradicionales de quinoa hasta campos de lechugas que no necesitan tierra.
En sus cerca de 20.000 metros cuadrados de oficinas, el Urban Farm —del inglés “granja urbana”, que es como la empresa ha bautizado al edificio— dedica 3.995 metros cuadrados (un 20% de las instalaciones) a espacios verdes.
Según el arquitecto Yoshimi Kono: “Al usar dos tecnologías de cultivo: el cultivo hidropónico y el suelo tradicional de tierra agrícola, ambos, cultivos y trabajadores de las oficinas, comparten un espacio común. Por ejemplo, los tomates están suspendidos por encima de las mesas de conferencias, árboles frutales como limoneros o fruta de la pasión se utilizan como particiones para los espacios de reuniones, los cultivos de hoja para ensaladas se cultivan dentro de salas de reuniones y los brotes de soja se cultivan debajo de los bancos corridos.”
Pero no se trata de un recurso decorativo. Aquí los cultivos comparten salas de reunión, pasillos y mesas de trabajo con los empleados. Más de 200 especies de plantas, frutales, hortalizas y verduras que los trabajadores de Pasona Group cuidan con la ayuda de un equipo de expertos, y que brotan en un oasis verde entre asfalto, acero y cristal, en pleno barrio financiero de la ciudad más grande del mundo. Un símbolo, un gesto, que sin embargo marca las posibles líneas a seguir para construir las ciudades sostenibles del futuro. Obviamente, en la cafetería de la empresa, las ensaladas no pueden ser más frescas. Leer más...
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