Primero se creó una estructura de madera tratada, que lleva las escarpias donde se colgaron los módulos. Después se añadió el depósito recogedor del agua, el riego en la parte superior y los perfiles laterales que cierran el jardín vertical. Son algo más de dos metros cuadrados de jardín vertical con un acabado natural y se tardó menos de tres horas en instalarlo.
Estructura previa. Para este jardín vertical situado en una terraza, se usó una estructura en madera tratada. Los listones vienen fabricados con encajes fresados que se unen con cola y clavos.
La estructura de madera se ancló a la pared mediante tornillos y tacos usando nueve puntos de anclaje en total. Los módulos con las plantas se cuelgan directamente sobre unas pequeñas escarpias.
Estructura final. La estructura ya está a punto para colgar los módulos.
Módulos con plantas previo a su colocación.
Colocación uno a uno de los módulos con plantas.
Estructuras auxiliares. Estas estructuras son los perfiles laterales, el perfil superior que lleva el riego y el inferior que llevará un pequeño depósito que recogerá del agua.
Riego. Detalle de la tubería de riego instalada en un perfil de metal.
Final. Vista del jardín vertical terminado.
Programador. El riego está automatizado con un simple programador de pila y un reductor de presión.
Se plantaron algunas plantas a posteriori ya que estos módulos se pueden modificar plantando, semillando, metiendo esquejes, etc, una vez instalado el jardín.
Fuente: Factoría verde
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